MERCEDES MUÑOZ DELGADO, MENTORA DE LOURDES GONZÁLEZ, ALUMNA DE 2º ESO A
1. Mi participación en el proyecto como mentora.
A finales del mes de octubre de 2016, recibí de M. C. , coordinadora del proyecto , la invitación para ser mentora de una de las muchachas de alto rendimiento de nuestro centro. Ya que conozco a esta alumna desde el curso pasado, me pareció buena idea colaborar en lo que fuera posible. Además, aunque no soy integrante del grupo de trabajo que está poniendo en marcha estas propuestas considero muy interesante que iniciativas como esta tengan una oportunidad en nuestro centro. Por estas razones, asistí a la sesión informativa con los demás tutores y comprendí qué se esperaba de mí en relación con esta alumna.
Conocí a Lourdes González Moral el curso 2015-16 como alumna de la asignatura de Valores Éticos. Desde el principio me pareció una chica interesante, despierta e inquieta que intentaba formarse una opinión propia acerca de los temas que le preocupaban y que se trataban en clase. No me sorprendió que, en la primera evaluación, se informara al equipo educativo de que se trataba de una alumna de altas capacidades. Sí me preocupaba no verla, al principio, muy integrada en el grupo clase y su dificultad para poner en cuestión sus convicciones tras el diálogo en clase o cuando yo rebatía sus argumentos.
El presente curso escolar 2016-17 Lourdes ha vuelto, afortunadamente, a cursar la asignatura de Valores éticos. Ha madurado en sentido académico y personal, pero vive una adolescencia bastante acentuada –con reacciones y ademanes impropios de la madurez que muestra en otros ámbitos- y en la que, integrada como está ya con sus compañeros y compañeras, siente cierta distancia respecto a ellos en cuanto a sus inquietudes y opiniones.
Estas circunstancias guardan relación con el tema que elegimos para trabajar juntos, tema que además es parte del currículo de la asignatura de Valores éticos para 2º ESO.
2. Nuestra propuesta de trabajo.
Una vez asumido que sería su mentora, me reuní con ella por primera vez en un recreo y no sin ciertas dificultades para coincidir ambas. Asistió también su compañera de clase y amiga Irene Pimentel quien, no siendo una alumna de alto rendimiento, sí es muchacha también inquieta, despierta, madura e inteligente. Desgraciadamente, Irene se desvinculó pronto del proyecto cosa que, en mi opinión, afectó negativamente en Lourdes.
· Acordamos como tema de investigación las emociones y la adolescencia (tema relacionado con los apartados que la asignatura de Valores éticos dedica al carácter y la personalidad), planteando como pregunta guía “cómo podemos gestionar nuestras emociones para vivir más a gusto”.
· La investigación tendría como punto de partida la película de animación Inside Out y su análisis, guiado por una pauta de trabajo que yo misma elaboré para la alumna. De la película se extraería información para cubrir los siguientes campos: 1) cuáles son las emociones básicas o primarias; 2) por qué es necesario que todas formen parte de nuestra personalidad; 3) por qué en la adolescencia nos dejamos llevar por las emociones con más facilidad.
· El trabajo escrito debía consistir en plasmar el análisis de la película y desarrollar lo aprendido sobre los campos antes mencionados. El trabajo final tenía dos vertientes a cubrir: 1) en la clase de Valores éticos, Lourdes haría una presentación del tema de la película para la clase y, una vez vista por sus compañeros y compañeras, guiaría la reflexión y la puesta en común sobre ella; 2) para la clase de Inglés –dándole yo misma un vocabulario y una serie de expresiones que le facilitarían el trabajo- elaboraría un “programa de mano” con la ficha técnica de la película y una breve sinopsis que presentaría también ante su grupo clase.
Para hablar sobre todo esto y organizarnos solo hemos conseguido reunirnos dos veces: una antes y otra después de vacaciones de navidad. La alumna solo me ha presentado una hoja con notas sobre la película que, por cierto, tardó bastante en ver (aunque yo le ofrecí desde el principio el video).
3. Problemas y reflexiones.
Cuando estaba terminando el segundo trimestre, Lourdes y yo tuvimos nuestra última reunión y cancelamos el trabajo que nos habíamos comprometido a hacer. Como profesora le había ya manifestado que su trabajo estaba empeorando, así como su comportamiento desigual y su actitud, cosa impropia precisamente de alguien que estaba trabajando con las emociones. De hecho, el rendimiento académico general de la alumna empeoró ese trimestre. Como tutora le manifesté que estaba descontenta con su falta de dedicación a nuestros acuerdos y con lo difícil que me resultaba quedar con ella para organizarnos. En una conversación bastante franca, Lourdes reconoció sentirse algo sobrecargada, más que por trabajos o tareas, por las expectativas que se proyectaban sobre ella (en casa y en el instituto) y por la falta de tiempo para ella misma y sus aficiones. En efecto, la razón fundamental para que nos fuera tan difícil reunirnos ha sido que en los recreos esta alumna tiene muchas cosas que hacer: ha participado en el Cantalenguas, en el taller del cubo de Rubick y en el de robótica y en el de batería. A raíz de esta conversación, y sin ningún tipo de malestar por ninguna de las partes, decidimos cancelar nuestro compromiso de trabajo.
De esta experiencia (muy agradable e interesante para ambas sin duda alguna) y de las circunstancias en que se ha realizado, me permito extraer las siguientes conclusiones y propuestas:
· Los recreos son un momento muy insuficiente y, quizá también, inadecuado para llevar a cabo la tutoría del alumnado de altas capacidades. Hay que tener en cuenta también que Lourdes es una alumna de transporte con menor disponibilidad para reunirse por las tardes.
· Por la razón anterior, quizá la mejor opción sería que los y las mentores de este alumnado sean profesores de asignaturas con una carga horaria significativa y que permita desarrollar estos proyectos dentro del aula.
· Me atrevo a proponer también como opción más efectiva que, en lugar de acordar con este alumnado un tema de investigación, se diseñe para ellos una de las unidades didácticas del temario de la materia de forma que amplíen o profundicen sus contenidos y puedan compartir su trabajo con el resto de la clase.
· Los tutores deberían ser personas que conozcan bien el proyecto en todos sus aspectos, no solo colaboradores con él.
· Por lo menos en el caso de esta alumna, me ha parecido observar que el reconocimiento de las altas capacidades puede suponer una carga, una responsabilidad que su edad no siempre ayuda a saber cómo asumir, de manera que les impide disfrutar de esta peculiaridad. Dicho de otra manera, ser “más inteligentes” les debería ayudar también a ser “más felices”.
En cualquier caso, quisiera hacer constar que me alegra mucho haber tenido la oportunidad de ser mentora de Lourdes González y que, a pesar de que no hemos podido llevar a cabo el trabajo que habíamos planeado, nuestra relación como profesora y alumna se ha visto enriquecida tanto a nivel personal como a nivel académico. Espero que el próximo curso encuentre un mentor que sea más capaz que yo de orientar sus capacidades en todos los sentidos.
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